Nac. el 28 de noviembre de 1908 en Bruselas (Bélgica), estudió en la Sorbona. De 1934 a 1937 fue profesor de sociología en la Universidad de São Paulo, Brasil. En 1938 y 1939 participó en una expedición de investigación antropológica de los indios Nambikwara y Tupi-Kawahib, en el Brasil Central. En 1941, y por algunos años, profesó en la New School for Social Research de Nueva York. De 1950 a 1959 fue director de estudios en la École pratique des Hautes Études, de París, y a partir de 1959 ocupó la cátedra de antropología en el Collège de France, sucediendo a Marcel Mauss. Se jubiló en 1982 y pasó a ser profesor honorario.
Lévi-Strauss es considerado como el principal y más conocido representante del estructuralismo; en todo caso, no es posible referirse a esta corriente —en la forma que ha adoptado en Francia con autores como Roland Barthes, Louis Althusser, Jacques Lacan, incluso Michel Foucault— sin referirse a la vez, y muy destacadamente, a Lévi-Strauss.
Reconoció como antecedentes de su investigación a Freud y a Marx en tanto que éstos buscaron, tras las manifestaciones «superestructurales» y los hechos «superficiales», las «estructuras profundas» y las «infraestructuras». (El marxismo, el psicoanálisis y la geología —«el modo de pensar geológico»— son, admite Lévi-Strauss, sus tres grandes inspiradores). Lévi-Strauss se ha opuesto al funcionalismo característico de gran parte de la antropología norteamericana, tal como fue elaborada, entre otros por Malinowski. Ello parece sorprendente, ya que la noción de relación funcional es fundamental en Lévi-Strauss. Hay, sin embargo, una diferencia básica entre el uso de la noción de función en Lévi-Strauss y en Malinowski. Para éste se trata de estudiar relaciones entre hechos observables y sacar conclusiones inductivamente. El resultado es una variación al infinito de sociedades humanas, sin que se descubra ninguna estructura o sistema estructural común a todas ellas y sin que ni siquiera puedan descubrirse relaciones estructurales entre diversos sistemas de normas dentro de una misma sociedad. Lévi-Strauss, por el contrario, estima que todas las sociedades funcionan de acuerdo con la misma «mentalidad», es decir, según un mecanismo que está constituido por un conjunto de formas invariables dentro de las cuales pueden descubrirse, tanto a través de la historia como en el presente, muy diversos contenidos. Además, y concomitantemente, las diversas «manifestaciones» humanas, estudiadas por etnólogos, antropólogos, sociólogos, historiadores, etc. —modos de clasificar objetos, modos de vestirse o de adornarse, modos de cocinar, relaciones de parentesco, sistemas de intercambio económico, etc.—, se hallan estructuralmente relacionadas. En el fondo, se trata de lenguajes para descifrar los cuales es menester conocer la sintaxis. El estudio de la sintaxis —verbal y no verbal—, a diferencia de la descripción de un corpus lingüístico dado —verbal y no verbal—, es lo característico de la antropología estructural y del pensamiento estructuralista de Lévi-Strauss.