DEMIURGO
En Rep. (507 C, 530 A), Platón había hablado de un obrero o artífice de los sentidos y de uno de los cielos. En Soph. (265 C) se calificaba al artífice de divino. Sin embargo, la teoría platónica del obrero o artífice del mundo se encuentra expuesta con cierto detalle solamente en el Timeo (especialmente 28 A-31 A), cuando el filósofo habla de un obrero, δημιουργός (en latín traducido por artifex, fabricator, genitor, aedificator, opifex), que plasma el mundo teniendo sin cesar los ojos fijos sobre el modelo de lo eterno y, por consiguiente, de lo bello. Este demiurgo que ha contemplado el modelo eterno, τὸ ἀίδιον ἔβλεπεν, es la más perfecta de las causas, ἄριστος τῷν αἰτίων; ha producido el mundo en virtud de su bondad y carencia de envidia, deseando que todas las cosas fuesen semejantes a él. Resultado de su actividad ha sido el mundo como un ser viviente, provisto de alma y de intelecto.
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