FABULACIÓN
Bergson estima que no puede hablarse sin más de la imaginación; hay que saber para qué sirve el acto que, de un modo demasiado general, se llama «imaginar». Importa sobre todo cómo, y por qué, funciona la imaginación. Ahora bien, hay una función imaginativa que no se puede equiparar a otras: es la que Bergson llama «función fabuladora» (fonction fabulatrice). La función fabuladora es distinta de, por ejemplo, la imaginación científica; es el nombre de una función que da origen a la novela, al drama y a la mitología. Sin