GOBINEAU, ARTHUR, CONDE DE (1816-1882)
Nac. en Ville d’Avray, en las proximidades de París, estudió, especialmente en su obra capital, el problema de la decadencia de las civilizaciones. Esta decadencia no es debida, a su entender, a las causas que usualmente se citan: la corrupción, la irreligión o la lujuria. Tampoco es debida a la acción de los gobernantes. Un pueblo degenerado o decadente, dice Gobineau, es aquel que ya no posee el mismo valor intrínseco que antes, es decir, «el que no posee ya la misma sangre en sus venas», a causa de haber sido afectada su sangre por «continuas adulteraciones» (Essai, cap. IV). Esto supone que hay diferencias de valor entre razas humanas y que, por consiguiente, una raza puede «contaminar» a la otra. El biologismo que supone esta noción de Gobineau no ha sido negado por su autor. Todo lo contrario; él mismo compara un pueblo con un cuerpo humano y