HÉNADA
En Phil., 15 A, Platón introduce el término ἑνάς (plural: ἑνάδες). Se traduce a veces este término por ‘unidad’ y a veces por ‘unicidad’ —en cuanto «unidad de lo que es uno»—, pero como ha sido usado como término «técnico» por varios autores, especialmente por Proclo, lo dejamos sin traducir y preferimos simplemente transcribirlo con las modificaciones usuales.
En el pasaje citado Platón plantea la cuestión de cómo pueden entenderse ciertas «unidades» tales como «el hombre uno», «el buey uno», el «bien uno». No se trata, pues, de «un hombre», «un buey», «un bien», sino de lo que hay en tales entidades de «uno». Las «unidades» en cuestión no son perecederas; están sustraídas al nacimiento y a la muerte y son, por tanto, eternas. Platón usa en Phil., 15 B el término μονάδες «mónadas», en el sentido de ἑνάδες. Como las hénadas, las mónadas son «unidades» o «ejemplos de unos». Sin