APOLÍNEO
Durante mucho tiempo se consideraron la vida y la cultura griegas como esencialmente «clásicas», entendiéndose este término como equivalente, entre otros, a «justo», «mesurado», «tranquilo», «bien redondeado», «perfecto», etc. Se contraponía así la cultura griega como cultura clásica a la cultura «romántica», en la que se hacían intervenir, entre otras cosas, la desmesura y el ansia de infinito. El que muchos románticos se apasionaran por la cultura griega no pareció llamar excesivamente la atención.
En su obra El origen de la tragedia a partir del espíritu de la música (Die Geburt der Tragödie aus dem Geiste der Musik, 1872), Nietzsche tomó pie en Schopenhauer y en el Tristán e Isolda de Richard Wagner para afirmar que la vida y la cultura griegas se mueven entre dos polos, cada uno de los cuales corresponde a dos grandes formas artísticas y, en último término, a dos básicos modos vitales: el apolíneo y el dionisíaco. La