POLARIDAD
Por analogía con los polos (Norte y Sur), que están opuestos entre sí, pero están relacionados —o, si se quiere, están relacionados en la forma de la oposición, o de la contraposición—, se habla, o puede hablarse, de polaridad para referirse a realidades, o a conceptos, o a doctrinas polarmente relacionadas, es decir, contrapuestas. La idea de polaridad en varios sentidos de esta palabra es muy vieja en filosofía y, en rigor, es más antigua que la filosofía misma, como lo muestra el estar incorporada en muchos lenguajes. Desde el punto de vista de la especulación, ya sea filosófica, ya religiosa, ya filosófico-religiosa, se encuentran muchos ejemplos de polaridad en el pensamiento indio, egipcio, griego, etc. En algunos casos, la idea de polaridad aparece bajo la forma de un dualismo; entonces los «polos» (reales, conceptuales o doctrinales) se presentan como opuestos y en conflicto, pero, como diría Unamuno, «abrazándose» en la