SEMEJANZA FAMILIAR
Esta noción ha adquirido carta de naturaleza en la filosofía contemporánea a partir de Wittgenstein. Éste notó que cuando se aprende la significación de un término general —como ‘árbol’, ‘gato’, ‘juego’— se tiende a suponer que hay una especie de idea general a la que corresponde (o, en rigor, puede corresponder) una imagen visual, y que la supuesta idea general contiene lo que hay de común en cada uno de los individuos —árboles, gatos, juegos— que la idea globalmente «denota». Los filósofos, sobre todo, han sucumbido a la tendencia —casi podría decirse la manía— de la «generalidad», y han empleado términos generales como si designaran (o fueran) significados, y éstos como si fuesen