SIMÓN DE FAVERSHAM (ca. 1240-1306)
Enseñó en París y en Oxford, y fue uno de los defensores del tomismo, bien que sin seguir en muchos puntos las doctrinas de Santo Tomás. En su obra acerca del De anima aristotélico (cfr. infra), Simón de Faversham se opuso tenazmente a la doctrina averroísta de la unidad del intelecto, pero negó a la vez que la materia pudiera constituir el principio de individuación de las almas. Este principio se halla fundado, según nuestro autor, en una cierta «subsistencia» propia del cuerpo. Inéditos hasta nuestro siglo, los escritos de Simón