TABLA
Se ha descrito a menudo el espíritu, la mente, etc., como si fuera una «tabla rasa», es decir, como si fuese una pieza, una superficie, una plancha, una tablilla para escribir (tabula) completamente plana, lisa, desembarazada (rasa). Según esta descripción, el espíritu, la mente, etc., no posee al principio ninguna noción, ninguna idea; nociones e ideas son adquiridas por el espíritu, la mente, etcétera, a medida que la realidad —la «realidad exterior»— va «escribiendo» o «inscribiendo» sus «impresiones» o «signos» en la tabla. Lo que «la realidad» imprime o inscribe en la tabla son primariamente impresiones sensibles, y a base de ellas se forman las nociones o ideas. En la idea del espíritu, la mente, etc. como «tabla rasa» se presupone que el espíritu es, cuando menos al principio, antes de entrar en contacto con la realidad, algo fundamentalmente «recipiente».
La concepción del espíritu o la mente como si fuera una tabla