TRADUCTORES DE TOLEDO (ESCUELA DE)
La irradiación de los escritos árabes y judíos y, con ellos, de la tradición griega, aristotélica y neoplatónica sobre Europa, se intensificó —y aun a veces se supone que comenzó propiamente— en España desde fines del siglo XI, una vez tomada Toledo por Alfonso VI (1096). El impulso fue dado principalmente por el Arzobispo Don Raimundo o Ramón de Sauvetat, Obispo de Toledo (1126-1152), así como por el Obispo Michael (en Tarazona), y aunque fue Toledo el centro principal, se formaron núcleos de traductores o «centros de traducción» en varios puntos, entre ellos en Barcelona. Los nombres «Escuela de Traductores de Toledo» o «Escuela de Toledo» —éste, propuesto por Valentín Rose («Ptolomaeus und die Schule von Toledo», Hermes, VIII [1874], 327-348), que fue el primero en llamar la atención sobre los traductores toledanos— no son, sin embargo, muy adecuados. Como señala José María Millás y Vallicrosa (Las