VIRTUD
Significa «fuerza» (virtus, ὰρετή), «poder», de donde «poder de una cosa», «eficacia». En este sentido ciertos autores afirmaron que una cosa hace dormir por poseer una virtus dormitiva. Ya desde muy pronto la virtud fue entendida en el sentido del hábito o manera de ser de una cosa, hábito que se hace posible por haber previamente en ella una potencialidad o capacidad de ser de un modo determinado. Así, en Aristóteles, quien señala, empero, «que no basta contentarse con decir que la virtud es hábito o modo de ser, sino que hay que decir asimismo en forma específica cuál es esta manera de ser» (Eth. Nic., II, 6, 1106 a, 14-5). Ahora bien, definida del modo más general, la virtud es respecto a una cosa lo que completa la buena disposición de la misma, lo que la perfecciona; en otros términos, la virtud de una cosa es, propiamente hablando, su bien, pero no un bien general y supremo, sino el bien propio e intransferible. Virtud podría