CAVERNA DE PLATÓN
Una de las más célebres alegorías, si no la más célebre de todas, en la historia de la filosofía es la de la llamada Caverna de Platón. Este filosofo la presenta, por boca de Sócrates, al comienzo del libro VII de la República, inmediatamente después de hablar de la línea dividida y en relación con las ideas expresadas a propósito de tal «línea».
Sócrates pide a Glaucón que se represente a unos hombres viviendo en un subterráneo en forma de caverna, ἐν καταγείῳ οίκήσει σπηλαιώδει. La entrada de la caverna, σπήλαιoν, ocupa toda la fachada. Los hombres se hallan en el interior de la caverna desde la infancia, encadenados por el cuello y las piernas y sin poder moverse ni volver la cabeza. Lo único que pueden ver es el fondo de la caverna. Fuera de ésta, y sobre una altura, brilla un fuego. Entre el fuego y los hombres encarcelados —o «encavernados»— se interpone un camino elevado, a lo largo del