VERBO
I. Concepto lógico y ontológico. En el Perihermeneias (De int., 3, 16 b 626 a 1) Aristóteles analiza el verbo, ῥῆμα, en un sentido análogo al que tiene este concepto en la gramática, pero con implicaciones lógicas. El verbo —dice Aristóteles— es un nombre que tiene una determinación temporal (o de tiempo) en su significado. Si decimos ‘salud’, enunciamos un nombre; sólo cuando decimos ‘goza de buena salud’ empleamos un verbo, pues incluimos una significación en un tiempo —el presente— dentro del cual se da la salud para alguien. Sin embargo, Aristóteles indica que algunas expresiones, como ‘no está enfermo’, no incluyen términos verbales, aun agregando a la significación la del tiempo, y confiesa que esta variedad de expresión —que, a su entender, no es verbo ni nombre— no posee un nombre propio y, a lo sumo, puede ser llamada «verbo indefinido» por aplicarse indiferentemente a no importa quién, al ser y al no ser.