CIRENAICOS
Se considera a los cirenaicos —así llamados a causa de la ciudad de Cirene, donde nació y vivió Arístipo— como una de las escuelas socráticas (véase Socráticos), por cuanto forjaron su doctrina filosófica a base del desarrollo de uno de los rasgos del socratismo (interpretando éste sobre todo como una guía moral para la conducta del sabio). Los cirenaicos coincidían con otras escuelas socráticas, tales como la de los cínicos y la de los megáricos, en el supuesto de que la felicidad consiste en la tranquilidad del ánimo y de que esta tranquilidad se consigue por medio de la autarquía, es decir, del imperio del hombre sobre sí mismo, único modo de dominar las cosas (y las circunstancias) que le rodean. Dentro de estos supuestos comunes los cirenaicos mantenían varias doctrinas particulares. De ellas mencionamos tres. La primera se refiere a la